La división entre sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) y minoritarios (CGT) quedó ayer patente en la manifestación contra el pensionazo que congregó en Sevilla a más de 10.000 asistentes, según las organizaciones convocantes. "Lo que hay es una operación calculada de demolición de los derechos laborales tras más de un siglo de lucha de los trabajadores", resumió a gritos la protesta Manuel Pastrana, el líder andaluz de UGT, quien se hizo oír a duras penas en medio del ensordecedor estruendo de pitos y tambores de CGT. Este sindicato boicoteó por completo el colofón de la protesta para reiterar que se responda al Gobierno central con una "huelga general", una posición respaldada también por organizaciones como el Partido Comunista Obrero Español e Izquierda Capitalista. UGT y CCOO rechazan por completo esta opción y están decididos a seguir presionando con movilizaciones masivas.
La marea roja, por los banderines sindicales, partió de la Puerta de Jerez hasta la confluencia con la Plaza de San Francisco con pocas consignas a coro. El servicio municipal del Cecop cuantificó en 700 personas los congregados a las 19:30 antes de iniciarse la protesta. Los empleados de la construcción lucían pancartas visuales contra la obligación de trabajar en una obra con más de 60 años. La Avenida de la Constitución quedó ocupada de un lado a otro por trabajadores de todas las edades. Los empleados de Adolfo Domínguez (dos de las cuatro empleadas despedidas hace poco por testificar a favor de la ex presidenta del comité), MP y Kalise Menorquina venían a apoyar y lucían pancartas alusivas contra los despidos en su empresa. "Estoy aquí porque me faltan tres años para jubilarme y me parece mal el plan de los 67 años, aunque a mí no me afecte ya", se lamentaba Francisco, empleado de la madera que acababa de sumarse a la protesta convencido de que la presión servirá para que Zapatero se lo piense.
Sobre un escenario junto al arquillo del Ayuntamiento de Sevilla, los líderes sevillanos y andaluces de los sindicatos mayoritarios tomaron la palabra para anunciar "contundencia" en la defensa del sistema público de pensiones y negar a los que les acusan de "tibieza porque les molesta que seamos capaces de gobernar nuestras fuerzas", dijo Francisco Carbonero (CCOO-A) antes de recalcar las peticiones al Gobierno central: cumplir lo firmado con los sindicatos y que la Junta presione por ello, separar las fuentes de financiación para que lo público asuma los complementos a mínimos, que las profesiones de riesgo de jubilen antes, se mejore el sistema de incorporación de los jóvenes y se elimine la economía sumergida.
El dirigente Manuel Pastrana, de UGT-A, recalcó que no era la primera manifestación ni la última después de un año 2009 con protestas reiteradas contra la crisis, y negó que los sindicatos mayoritarios sean un freno a las mejoras laborales. "El sistema público de pensiones no se reforma si los trabajadores no queremos. depende de que convenzamos y movilicemos al conjunto de trabajadores", recalcó el dirigente antes de llamar a los sindicatos minoritarios a unirse a los grandes. "Sólo los trabajadores desunidos son vencibles. Sólo nos acorralan si cada uno hace y pierde la guerra por su cuenta. Ésta no la podemos dejar pasar", dijo. El discurso de los líderes sevillanos Alfonso Vidan (CCOO) y José Figueroa quedó ahogado con los pitos de CGT.
La marea roja, por los banderines sindicales, partió de la Puerta de Jerez hasta la confluencia con la Plaza de San Francisco con pocas consignas a coro. El servicio municipal del Cecop cuantificó en 700 personas los congregados a las 19:30 antes de iniciarse la protesta. Los empleados de la construcción lucían pancartas visuales contra la obligación de trabajar en una obra con más de 60 años. La Avenida de la Constitución quedó ocupada de un lado a otro por trabajadores de todas las edades. Los empleados de Adolfo Domínguez (dos de las cuatro empleadas despedidas hace poco por testificar a favor de la ex presidenta del comité), MP y Kalise Menorquina venían a apoyar y lucían pancartas alusivas contra los despidos en su empresa. "Estoy aquí porque me faltan tres años para jubilarme y me parece mal el plan de los 67 años, aunque a mí no me afecte ya", se lamentaba Francisco, empleado de la madera que acababa de sumarse a la protesta convencido de que la presión servirá para que Zapatero se lo piense.
Sobre un escenario junto al arquillo del Ayuntamiento de Sevilla, los líderes sevillanos y andaluces de los sindicatos mayoritarios tomaron la palabra para anunciar "contundencia" en la defensa del sistema público de pensiones y negar a los que les acusan de "tibieza porque les molesta que seamos capaces de gobernar nuestras fuerzas", dijo Francisco Carbonero (CCOO-A) antes de recalcar las peticiones al Gobierno central: cumplir lo firmado con los sindicatos y que la Junta presione por ello, separar las fuentes de financiación para que lo público asuma los complementos a mínimos, que las profesiones de riesgo de jubilen antes, se mejore el sistema de incorporación de los jóvenes y se elimine la economía sumergida.
El dirigente Manuel Pastrana, de UGT-A, recalcó que no era la primera manifestación ni la última después de un año 2009 con protestas reiteradas contra la crisis, y negó que los sindicatos mayoritarios sean un freno a las mejoras laborales. "El sistema público de pensiones no se reforma si los trabajadores no queremos. depende de que convenzamos y movilicemos al conjunto de trabajadores", recalcó el dirigente antes de llamar a los sindicatos minoritarios a unirse a los grandes. "Sólo los trabajadores desunidos son vencibles. Sólo nos acorralan si cada uno hace y pierde la guerra por su cuenta. Ésta no la podemos dejar pasar", dijo. El discurso de los líderes sevillanos Alfonso Vidan (CCOO) y José Figueroa quedó ahogado con los pitos de CGT.
Fuente: www.diariodesevilla.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario