viernes, 20 de marzo de 2009

"Teníamos que matar a cualquiera, todos en Gaza son considerados terroristas"

El diario Haaretz publica este jueves los testimonios de algunos soldados israelíes que participaron en la última invasión de Gaza, sacando a la luz cómo iban matando a civiles palestinos sin que estos supusieran niguna amenaza para ellos o cómo destrozaban sus casas sin sentido alguno. Durante el transcurso de la operación Plomo fundido, la Comunidad Internacional acusó a Israel de utilizar una fuerza desmedida contra la población de la franja y son muchas las voces que llaman a juzgar al país por crímenes de guerra. Estos testimonios son una prueba más de que Israel no luchaba sólo contra el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás.

Esas órdenes dejaban a los soldados desalojar las casas a su antojo y disparar contra sin avisar antes a los residentes. "Teníamos que matar a cualquiera. Todos allí son considerados terroristas".

Otro militar aseguró que un comandante ordenó disparar contra una anciana que caminaba por una carretera a 100 metros de distancia.

Ni siquiera los mandos veían la necesidad de hacer lo que se hizo, "pero ninguno de ellos diría nada en contra", añade. "Pintar en las paredes 'muerte a los árabes', 'no tolerancia, venimos a aniquilar', coger todas las fotos de familia y escupir sobre ellas, sólo porque puedes... Creo que esto es lo más importante: entender hasta qué punto ha caído la ética del Ejército. Es de lo que más me voy a acordar"

Entre los soldados que cita el diario figuran pilotos de combate y soldados de infantería, y sus testimonios se contradicen con la postura oficial del Ejército israelí de que sus fuerzas siguieron un alto comportamiento moral durante la operación.

"No creo que se sintiera mal, porque por la información que tenía, estaba haciendo lo que se le había ordenado que hiciera", prosigue. "Por lo que hablaba con mis hombres, la vida de los palestinos son mucho menos importantes que las de nuestros soldados".

Los testigos que relatan cómo destruían ordenadores, muebles, televisiones, electrodomésticos... Cagaban en el interior de las lavadoras o dejaban los excrementos en la nevera.

Todo era válido para evitar bajas en un Ejército que se nutre cada vez más de jóvenes de extrema derecha. También influyeron las consignas de rabinos que conminaban "a no tener piedad".

"Señora vicepresidenta, mi abuela no murió para encubrir a soldados asesinando a abuelas palestinas en Gaza... Los palestinos son tratados como basura... La solución no es la conquista, el verdadero objetivo de los israelíes, que no pueden lograr. Sus gobernantes no son sólo criminales de guerra. Son idiotas". Lo dijo en la Cámara de los Comunes británica, durante la guerra en Gaza, el diputado Gerald Kaufmann, criado como judío ortodoxo y sionista, cuyos familiares fueron masacrados en el Holocausto, amigo de muchos primeros ministros de Israel empezando por Ben Gurión.


Noticia en Público , El País o Diario de Sevilla.

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