Les ataron las manos porque no pudieron atarles las ideas. Les ataron las manos porque no pudieron acribillar sus sueños de construir una sociedad con justicia. A sus familiares les ataron la vida con la soga del miedo y así les hicieron esconder lo que habían visto, en el rincón más oscuro de su memoria. Pero esa cuerda ya no está, tampoco ese miedo y la memoria resistió esperando un momento para señalar el camino de la justicia. Tenemos el deber de seguir buscando el reconocimiento que merecen los hombres y las mujeres que construyeron y defendieron nuestra primera democracia.
FotografÍa de la fosa de Milagros (Burgos) de Cristina García Alía.
Gracias a la ARMH.
Gracias a la ARMH.
Publicado en: http://mjsaiza.blogspot.com/
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