miércoles, 5 de agosto de 2009

YA NO TENEMOS LAS MANOS ATADAS


Les ataron las manos porque no pudieron atarles las ideas. Les ataron las manos porque no pudieron acribillar sus sueños de construir una sociedad con justicia. A sus familiares les ataron la vida con la soga del miedo y así les hicieron esconder lo que habían visto, en el rincón más oscuro de su memoria. Pero esa cuerda ya no está, tampoco ese miedo y la memoria resistió esperando un momento para señalar el camino de la justicia. Tenemos el deber de seguir buscando el reconocimiento que merecen los hombres y las mujeres que construyeron y defendieron nuestra primera democracia.
FotografÍa de la fosa de Milagros (Burgos) de Cristina García Alía.
Gracias a la ARMH.

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