Un arma cargada de futuro (Colaboraciones: poesiaroja@hotmail.com): ¿Qué ocurrió realmente antes del concierto Paz sin Fronteras?

La campaña de insultos, amenazas y manipulación informativa desde Miami no pudo impedir que el concierto “Paz sin Fronteras” celebrado en La Habana el 20 de septiembre se convertiera en un enorme éxito de organización y participación. Pero tras su fracaso, los canales de Miami siguen generando nuevos montajes con los que tratar de desprestigiar esta gran fiesta musical, el cuarto concierto más multitudinario de toda la Historia.

En los últimos días, han difundido un video, grabado con teléfono móvil horas antes del concierto, en el que varios de los artistas discuten con terceras personas en los pasillos del Hotel Nacional de La Habana (1).

Visionando el video, nadie puede explicar qué ocurre exactamente, pero los medios de Miami han elaborado su propia versión de los hechos, que ha sido reproducida, sin comprobación alguna de fuentes y otorgándole total credibilidad, por los grandes medios internacionales.

A la ciudadanía se le ha dado una versión que parte de dos supuestos. El primero, que la organización cubana del concierto quería reservar una zona, al pie del escenario, para militantes de la UJC (la juventud comunista cubana), a lo que los cantantes se opusieron (2). La presentadora de la cadena española Antena 3 TV lo describía así: “al parecer las autoridades (cubanas) intentaban colocar en las primeras filas a los más fieles al régimen”. El segundo supuesto, que Juanes estaba molesto porque creía ser seguido y vigilado por la Seguridad cubana.

El primer supuesto parece deshacerse si escuchamos las palabras del cantante Juanes en la rueda de prensa, celebrada en Madrid días antes del concierto. Varios periodistas ya apuntaban la posibilidad de una zona reservada, y el propio cantante la aceptaba sin darle mayor importancia. “(Dicen que) el primer anillo va a ser de comunistas, del Partido. No me importa, hermano, son gente normal, que tiene corazones, que tiene sentimientos, y que si piensan así, pues que piensen así, a mí no me importa”.

Hay que aclarar que en el concierto, finalmente, no hubo ningún espacio acotado y vallado, tal como lo demuestran las imágenes que pudieron seguir millones de personas en todo el mundo.

Si el concierto se hubiera celebrado en otro país, no se habrían emitido videos de esta índole, porque el aparato de seguridad habría prohibido totalmente el acceso al hotel en el que se alojaban los artistas. Los medios tampoco habrían dado espacio informativo a una discusión privada entre organización y cantantes. Pero sobre todo, se habría aceptado como algo normal la reserva de lugares preferentes, eso sí, a quienes más dinero pueden pagar (3). Algo que en Cuba no es posible, ni en los espectáculos de música, ni en los de ópera, ballet o deporte, a los que la población, sin distinciones, accede a precios ridículos.

La segunda versión de los hechos es que Juanes se molestó cuando creyó ser vigilado. Según el periodista cubano Pedro de la Hoz, el malentendido fue aclarado posteriormente y el propio Juanes pidió disculpas a un camarero que había confundido con un agente de la seguridad (4). Olga Tañón, cantante portorriqueña presente en la discusión, corroboraba días después en la prensa de Miami la “percepción de Juanes de que estaba siendo vigilado”, pero apuntaba la razón principal de la discusión que, curiosamente, no fue recogida por los medios: “La gente de producción entendió mal, pensaron que nosotros habíamos exigido las camisas blancas y que no dejaran entrar a nadie (en la Plaza de la Revolución) sin camisa blanca” (5). Un fragmento del citado video corrobora esta tesis. “No podemos permitir que la gente del concierto normal no pueda entrar a este show. Que una persona que no ha traido una camisa blanca no pueda entrar al concierto”, se le oye afirmar a Juanes. Pero, dado que este malentendido, también aclarado posteriormente, no podía ser utilizado para culpabilizar a los organizadores o al propio gobierno cubano, fue “olvidado” en la explicación que dieron los medios.

Los medios, para describir cualquier aspecto de la realidad cubana, utilizan generalizaciones grotescas. Así, las personas de la organización del concierto con las que los cantantes discuten, se convierten en “las autoridades cubanas” (6), “el régimen cubano” (7), o incluso en “los comisarios del régimen”. Antena 3 TV presentaba así la noticia: “(antes del concierto) no se vieron escenas de una especial armonía enre los cantantes y los comisarios del régimen castrista”.

Numerosos medios resaltan también las palabras, en la citada discusión, de Yotuel Romero, miembro del grupo Orishas, que indica a Juanes: “si paramos ahora habrán ganado ellos”. Para los periódicos del grupo Vocento, Yotuel lo hace “en referencia al régimen castrista” (8). Esta interpretación politizada de sus palabras está en línea de las repetidas mentiras mediáticas sobre el grupo Orishas, compuesto por músicos cubanos emigrados a Europa. En el informativo del canal español Antena 3, se afirmaba el 21 de septiembre que el grupo salió de Cuba debido a la censura a sus canciones, algo absolutamente falso. Las canciones y videos musicales de Orishas son programados constantemente por las radios y televisiones de la Isla. Si los medios creen pertinente dar a conocer las opiniones políticas de los músicos de Orishas, deberían recoger las palabras absolutamente clarificadoras de Roldán González, otro de sus miembros: “amamos nuestro país y estamos de acuerdo con el sistema que hay allí, con sus errores, son sus imperfecciones. Lo mucho o lo poco que tenemos en estos momentos a nivel de educación, sentimientos y corazón se lo debemos a la educación que nos dio Fidel Castro durante 30 años”.

Los medios han suscrito la versión sobre el incidente fabricada en Miami sin dar espacio a la opinión de sus propios protagonistas. Fernán Martínez, manager de Juanes, confirmaba tras el concierto que todo se debió a los nervios del momento. Miguel Bosé subrayaba, una semana después, la “predisposición extraordinaria del Ministerio de Cultura y del Gobierno (cubano)”, y afirmó que “su esfuerzo fue memorable, tanto económicamente como en el resto de los asuntos” (9). Pero la más rotunda en atacar la manipulación informativa sobre los hechos fue Olga Tañón, que decía esto unos días después: “Allí (en La Habana) no hubo controversia. (...) La única controversia la crearon un par de personas acá (en Miami). Allá todo fluyó de maravilla. (...) Después de haber parido a mis hijos, ésta es la experiencia más importante en mi vida, la de ver a casi 1,2 millones de cubanos llorando de alegría por lo que allí se vio. Es una pena que muchos de Vds. no puedan vivir lo que realmente pasó allí” (10).

Pero lo grave en este asunto no es que los medios internacionales acepten como creíbles la informaciones sobre Cuba elaboradas en Miami. Lo verdaderamente denunciable es que las empresas encargadas de seleccionar a la ciudadanía las informaciones relevantes, dediquen un gran espacio de noticieros, tertulias y periódicos a un incidente confuso, anecdótico e intrascendente. La cantante Olga Tañón decía que el citado incidente fue un aspecto “micro” en un éxito histórico “macro” (11). Así actúan los medios con la información sobre Cuba. Aplicando su lupa de aumento a cualquier aspecto negativo que pueda servir para demonizar a la Revolución cubana, y silenciando o minimizando sus rotundos éxitos, como la modélica organización del concierto “Paz sin fronteras”.