miércoles, 10 de junio de 2009

VIVIR UNA SONRISA

Vivir una sonrisa,
llevarla retratada en el alma
como una bandera
de esperanza,
recordarla siempre
cuando una lágrima
riega con su sangre
mis mejillas.
Contarla y recontarla
entre mis lindas
pasiones veniales,
entretejerla,
acomodarla en mis manos
y manosearla
tantas veces como necesite
si llegara el caso
en que me sienta
adustamente triste.
Volcarme en ella
si me pierdo obtuso
entre tinieblas;
reirla, compartirla,
colorear con su arco iris
las paredes desconchadas
de mi cuarto.
Echarla libre a la fragua
para que caliente alegre
la sombra de los nadie,
Sentirla, amarla
hasta que no quede
más noche en mi mirada.
Acomodarla levemente
como si fuera una pluma
bajo los sueños
que celosa guarda
mi almohada,
mostrarla orgulloso
al mundo
enseñandole los dientes
y las entrañas,
elevarla sobre la mar
los días de lluvia plena
para así poder borrar
entre carcajadas
las nubes negras
que tiznan de borrones
los futuros horizontes.
Y vivirla
vivirla y vivirla
mil veces mil,
con sus ecos hermosos,
radiantes,
vívidos, presentes
y rojos,
henchidamente rojos.

Juan Antonio González Molina

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchisimas Gracias!