lunes, 4 de enero de 2010

Editorial. Las ruinas K(apitalistas) - Sebastián Cominiello


En el general se utiliza el término “ruina” para nombrar los restos de alguna estructura que alguna vez fue un todo. Cimientos donde se erigía alguna arquitectura humana que en un momento se derrumbó parcial o completamente. Existen ruinas famosas en todo el mundo, desde lo que queda del Coliseo romano a las más cercanas incas o mayas, por nombrar algunas. Este humilde escritor conoce una sola. Pero una muy particular, ya que no remite a una estructura arquitectónica típica, sino a una estructura social. Esa estructura social lleva el nombre de Argentina, Aunque no lo parezca a simple vista, la Argentina capitalista va camino de arruinarse a menos que una intervención de las masas se interponga. Lamentablemente, muchos son los indicios de este proceso, de los cuales el lector encontrará unos cuantos en las páginas que siguen.

¡Feliz Navidad!

Cristina Fernandez de Kirchner efectuó, el lunes 14 de diciembre, el anuncio de la creación de un fondo con reservas para garantizar el pago de la deuda. En la introducción del discurso, Cristina ofrecía, urbi et orbi, un balance optimista sobre la situación económica argentina en comparación con el año pasado; suceso remarcable, según su consideración, a la vista de la crisis internacional (dejamos a nuestro lector la evaluación de dicho balance a la luz del artículo de Damián Bil, en el Observatorio Marxista de Economía). Lo cierto es que la presidenta realizó el gran anuncio, que vino a desmentir en sí mismo todo lo que había dicho: la creación de un fondo con reservas del Banco Central de 6.500 millones de dólares para “garantizar” el pago de la deuda. ¿Si la economía va viento en popa, para qué “garantizar” lo que es obvio, según su propia descripción, a saber, que tendremos con qué pagar? Porque es obvio que el panorama viene mal. En 2010, según el Ministerio de Economía, el Gobierno tendrá que afrontar, en total, vencimientos por cerca de 13 mil millones de dólares. En números anteriores alertamos sobre el déficit de las provincias y la urgencia presupuestaria nacional, razón por la cual el gobierno necesitaba vía libre para endeudarse. La llamada “política de desendeudamiento” se muestra como lo que es y todo el mundo sabe: la vía regia por la cual volver a los “mercados” y reanudar el ciclo histórico de endeudamiento que se creía superado. Ciclo que expresa mejor que ninguna otra cosa, la decadencia de la economía argentina que los Kirchner no lograron revertir.

El avance

Como venimos sosteniendo, la crisis política, tanto como la económica, no se ha desarrollado completamente todavía. En efecto, los cambios en el Congreso empiezan a configurar un nuevo mapa político en el que predomina una tendencia al retorno de la conspiración burguesa, del estilo de la que precedió el gobierno De la Rúa. La reunión entre la UIA y el campo es un ejemplo de ello.
Por otra parte, en las bases obreras también existe una crisis. Es la crisis del proletariado con las fracciones obreras que representan los intereses de la burguesía. Nos referimos a las centrales sindicales CGT y CTA. En el número anterior de este periódico señalábamos que comenzaba un nuevo proceso, una bisagra para las organizaciones revolucionarias después lo acontecido en Kraft. Es decir, los partidos revolucionarios ya no discuten cómo ingresar en las filas de la clase obrera o ganar elecciones de comisión interna, sino cómo encarar la conquista de las ciudadelas burocráticas. Estamos avanzando en la conformación de una fuerza social independiente, clasista, que se nutre del retorno del movimiento piquetero y de una nueva generación de activistas sindicales que nos devuelve a un escenario en formación similar al 2001. Hace 6 años afirmábamos que comenzaba un período de reflujo relativo. Reflujo, porque el nivel de actividad logrado en 2001 no se mantuvo; relativo, porque la izquierda había llegado a la clase obrera para quedarse. El 2010 se abre, entonces, bajo el signo de la lucha de calles. Se acerca, una vez más, la posibilidad de abandonar esas ruinas de las que hablábamos al comienzo y de crear una nueva casa para todos.

6 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Un artículo "cargado de argentinidad", aunque me atrevo a decir que está incompleto.
Este país se viene cayendo desde los milicos, no es sólo culpa de los K (aunque por supuesto están en el ranking de lo más deplorable que tuvo nuestro país en la "cumbre"). Es bien sabido que desde que volvió la "democracia" (así, entre comillas) en el 83 hemos tenido tantos presidentes como se nos antojó. Que uno que quiere hacer las cosas bien tiene el fusil apuntándole en la cintura como para que no pueda moverse lo suficiente (surgiendo el punto final y la obediencia debida, sin contar la hiperinflación que se adueñó de la economía) , que el turco ladrón fiestero que le dio la estocada final que la "patria" necesitaba para caer rendida de rodillas (mientras mantenía a la "clase trabajadora" cegada con "lujos" impensados por entonces), el muñequito de cotillón que se quedaba dormido mientras se escapaba en un helicóptero (deja vu?), la seguidilla de ineptos previa a la era K y finalmente los K, que llegaron vendiéndonos un discurso impecable de izquierda a nosotros, argentinos desesperanzados y derrumbados que buscábamos una salida con urgencia. Y bueno, venga los K. Sí, cosas positivas: Reabrieron los juicios a los militares, es la única condición a destacar (y lo más más triste es que lo hicieron, justamente, para seguir teniendo de su lado a algunos sectores con mucho peso ideológico, como las madres y abuelas de plaza de mayo -se me retuerce el estómago de pensar que siguen siendo víctimas de estos zátrapas-). Hicieron de los sindicatos una verdadera mafia que ya no representan en este país a los trabajadores defendiendo los derechos, sino que son los matones del gobierno (tristísimo).
(Sigue)

Soledad Arrieta dijo...

Largaron planes de asistencia social tan patéticos como la bajísima idea de invertir nosécuantos millones en un tren bala mientras el pueblo se nos muere de hambre, por ejemplo, el último golpe bajo, la "asignación universal por hijo" (para quienes no vivan en el país o no estén al tanto, son $180 por hijo siempre que esté vacunado, vaya a la escuela, etc. Me gustaría saber cómo un chico que no tiene para comer y vive en una casilla sin piso ni puerta, que no tiene agua, que no tiene dignidad porque este sistema corrupto se la arrebató, puede llegar a cumplir con esos requisitos, no sé en que cabeza cabe). Pero así es, contigo pan y circo, peronismo hipócrita establecido sobre bases de papel montadas por Juan Domingo y su adorada por el puebo esposa Eva, sin contar a la muñequita de torta Isabelita, triple A y demás macanas.
Y nosotros, los que esperamos algo más, nos moriremos preguntándonos por la opción. Es que no la hay. El año que viene elecciones. A quién votaremos? A Macri? (como piden muchos, para que "limpie" como está acostumbrado en su ciudad a toda la argentina, acribillando pobres para esconderlos bajo la alfombre) A Lilita? (con sus delirios místicos, denuncia y denuncia sin cesar, pero al pueblo lo salvará "dios", que pena me da). A Duhalde? (repugnancia por la que ya pasamos). Otra vez a los K? (Uff..)
(Sigue)

Soledad Arrieta dijo...

Creo que una buena opción sería que se postule Pino Solanas. Pero la realidad es que el sistema tiene que cambiar desde adentro, más allá de quien lo manipule (siempre pensando en lo "menos peor"). Y ese cambio, como bien dice el artículo, solo puede provenir de las masas. Pero el que escribió el artículo quizás no se ha fijado bien que las masas como unidad en este país no existen, que tenemos de repente manifestaciones implorando "mano dura" "pena de muerte" "servicio militar obligatorio" y "que vuelvan los milicos". O de golpe una provincia avala el primer casamiento gay en el país y le abren una causa penal a su gobernadora y buscan anularlo (retrógrados homofóbicos). O meten en cana a una mujer por elegir libremente si quiere o no tener un hijo. Pero claro, les sale bien hacerse los "progres" despenalizando el consumo de cannabis.
Francamente, no sé qué se puede esperar. No creo que este país resurja, es más, con todo el dolor en el alma, puedo decir que lo más probable es que empeore tras la asunción de algún garca desagradable nuevamente al poder. O porqué no, lo que faltaba, algún milico.
País que beneficia a los de arriba mientras pisotea a los de abajo. País que arruina todo. País en el que Areco está bajo el agua (TODO un pueblo, una cantidad inmensa de familias a las cuales se les arruinó absolutamnete todo), pero nada va a pasar, ya que los responsables son los del campo, sector de la oligarquía, con el cual supuestamente los K están enfrentados, pero cualquier ingenuo se da cuenta que en realidad están entongados.
Una pena mi país. Una grandísima pena.

Disculpen la extensión de mi comentario.

Cariños!

Juan Antonio dijo...

Vaya Sol, creo que has hecho un análisis de la situación de la Argentina, evidentemente la conoces muy bien. Desde la distancia uno no atisba bien la realidad, pero muchas de las cosas que dices me suenan de por aquí, lo que ocurre en la Argentina no es algo aislado, responde a una problemática planetaria. Son las grandes corporaciones, la empresa, el capital el que ordena y dirige. El sistema democrático, las leyes, los jueces, todo fue creado por y para ellos. Es así de sencillo. Creo que fue Lenin quien dijo que "el estado es un instrumento a trvés del cual la clase dominante impone sus intereses a la clase dominada". La izquierda institucional ha entrado de tal manera en el juego democrática del sistema que se ha convertido en una patita más del banco imperialista, los sindicatos se han convertido en apaga fuegos de los conflictos sociales al servicio de los gobiernos y empresarios (proximamente publicaré una artículo mío sobre los sindicatos en Isla Utopía), así que lo único que queda es creer en los movimientos espontaneos de respuesta al capitalismo salvaje que se están dando en las calles, los barrios y las fábricas de todo el mundo. Un abrazo Sol, y creeme, iremos llegando, iremos llegando!!!

Soledad Arrieta dijo...

Así es, se va dando en todos lados (o casi todos), como una peste que se fue expandiendo. Es dificil, porque ya no se sabe en qué o en quién confiar.
Porque el gran problema es la inmensa cantidad de gente a la que le queda cómodo el capitalismo, pese a que lógicamente no son la mayoría sí son los que tienen el poder.
Pero me quedo con tu utopía, con creer que iremos llegando... Con creer que algún día las clases ya no estarán.
De hecho según lo planteado en El Capital tampoco le quedaría tanto a este sistema, aunque bien sabemos, a nosotros nos parece una eternidad..
Esperaré ansiosa tu artículo.

Vanidad Urgente Compartida dijo...

1
"una bisagra para las organizaciones revolucionarias después lo acontecido en Kraft"

ojalá; pero lo dudo.

2
a mi no me entusiasma pensar que se viene un escenario similar al 2001. Porque después de ello, ¿qué pasó?
tiramos piedras y destituimos presidente, oka. Pero después? Ojalá todo sea tan lineal- Ojalá creemos la nueva casa para todos, desde ya.

saludos

p4