martes, 30 de diciembre de 2008

LA SANGRE DE LOS OTROS



La Intifada prende de rabia e indignación en Gaza. Tres días de masacre que dejan hasta el momento más de 350 palestinos y 3 israelíes muertos. La desproporción resulta evidente. Una sola gota de sangre, una vida humana habría de bastar para detener esta salvaje ofensiva. Tan solo en el día de ayer cayeron mas de cincuenta personas, de las cuales 21 eran niños.
Israel juega con la sangre, con la sangre de los otros por supuesto. Envía mensajes a través de la barbarie. Ehud Barak ha dejado claro con este ataque su poderío y su determinación, un mensaje que va dirigido claramente a los electores de las próximas elecciones al parlamento israelí que por cierto, que casualidad, están a la vuelta de la esquina. Por otro lado, envía un mensaje claro a Obama, que se mantiene en un cobarde silencio. Si alguien creía que Obama podía cambiar algo en Oriente próximo que se vaya olvidando parecen gritar los misiles judíos que llevan tres días matando palestinos en la franja de Gaza. Por otro lado, Obama ya ha dejado claro cual será su política respecto del conflicto en Oriente Próximo con algunas de sus declaraciones públicas en las que ha dado a entender que Estados Unidos seguirá mostrándose complaciente con Israel y su guerra contra el “terror”. Y por último, también envía evidentemente un mensaje de Fuerza, dominación y humillación al enemigo Palestino.

La guerra del terror iniciada tras el 11S lleva aparejada desde aquel fatídico día la justificación de cualquier acto criminal por muy salvaje que sea si es en nombre de la lucha contra los “terroristas”. Es de una inmoralidad alarmante que se justifique una masacre de este calibre en la que se está matando a población civil de manera indiscriminada en nombre de una guerra contra “Hamas”. No es un ataque a un grupo terrorista, se está cometiendo el genocidio de un pueblo entero ante la pasividad de la comunidad internacional que convierte a gobiernos e instituciones de todo el mundo en cómplices de la masacre. Todos están manchando sus manos con la sangre de las mujeres y niños de Palestina.
Y ante la justificación esgrimida por el gobierno Hebreo cabría preguntarse ¿Quién rompió la tregua realmente? El año que ahora termina comenzó con la destrucción en enero de un muro fronterizo en Rafah y decenas de miles de palestinos entrando en Egipto desde Gaza para comprar alimentos y combustible debido a la falta de suministros por el bloqueo israelí. En marzo las tropas israelíes entraron en Gaza. La incursión duró cinco días, y supuso la muerte de 120 Palestinos. La respuesta Palestina no se hizo esperar y tres días después del abandono de Gaza por las tropas israelíes un palestino armado mató a ocho estudiantes de la escuela rabínica Merkaz ha-Rav de Jerusalén, uno de los centros más radicales del mundo judío. Tras arduas negociaciones y la intermediación egipcia, el 19 de Junio se firma una tregua entre Hamás e Israel. El alto el fuego exige a Hamás detener el lanzamiento de cohetes a territorio judío y a Israel suavizar el embargo a Gaza. La Tregua dura tan solo hasta el 5 de noviembre, día en que el ejército israelí mata a seis palestinos en un brote de violencia que interrumpe la tregua de cuatro meses. Esta incursión en Gaza supone para Hamás una violación en toda regla del alto el fuego y en respuesta dispara decenas de cohetes contra Israel. El 18 de diciembre, Hamás declara el fin del alto el fuego respaldado por Egipto, el cual expira al día siguiente con una oleada de combates en los cruces de frontera(1). Lo que ha venido después, incremento del lanzamiento de misiles por parte de Hamas y la desproporcionada respuesta de Israel, lo conocemos todos.
Es evidente que no se cuenta ni se dice todo a la hora de justificar la violencia con la que se está empleando Israel en los últimos días. Una verdad a medias es una mentira por partida doble.
Es más, no debemos obviar el fondo del asunto, es decir, la ocupación ilegal y criminal de un País soberano como Palestina por parte de Israel. Una ocupación militar basada en la imposición, la dominación por la fuerza, la humillación constante y el genocidio encubierto de un pueblo.

Se han llevado a cabo “guerras preventivas” por una supuesta tenencia de armas de destrucción masiva. Ahora que la “destrucción masiva” se está llevando realmente a cabo, nadie hace ni dice nada. Y claro, es que ahora, el que masacra es no es un régimen dictatorial que pone en peligro los intereses económicos y geopolíticos de occidente en la zona, sino una potencia “democrática” aliada. Realmente deleznable.

La sangre no es negociable, nada justifica tal masacre. El asesinato de inocentes de uno u otro bando jamás tendrá justificación por mi parte, muchos más aun cuando creo que el enemigo es otro, que en ambos bandos hay obreros, proletarios, personas que han sufrido y están sufriendo los rigores del sistema capitalista. Esta es la verdadera lucha, y todo lo demás no hace sino ensombrecer y entorpecer la vista de los problemas reales del mundo. Pero otra cosa está clara, aquí las víctimas son los Palestinos, un pueblo que tiene el legítimo derecho de defender a su gente y a su tierra. No es ético ni pertinente comparar a verdugos y víctimas poniéndolos en un lugar equivalente.
6.700 reservistas judíos esperan apostados en la frontera de Gaza el O.K. del gobierno de Jerusalem para acometer la invasión de un País y un Pueblo soberanos, ¿nadie va a hacer nada? Me temo que no...


Juan Antonio González Molina

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