lunes, 14 de diciembre de 2009

IREMOS LLEGANDO


La historia,
dará con los huesos de la bestia
en la tumba de los tiempos,
y una mañana nueva,
certera, libre, de rojos vientos,
se abrirá paso entre tanto daño,
entre tanto castigo,
entre tanta inmundiacia padecida
y tanto olvido miserable,
entre tantas
y tantas
y tantas mentiras.

Bailaran entonces en sus nichos
los vilipendiados
-Todos-
los humillados
-Todos-
los olvidados
-Todos-
desollados
torturados
magullados en sus cárceles negras
de muros asesinos.
Hombres y mujeres
-Todos-
que trocaron su vidas
por la sonrisa plena
que para entonces ya estará llegando.

Y Bailaremos alegres
los que aquí quedamos
los que creimos
los que sufrimos
los que lloramos
los que soñamos
con las alamedas abiertas de pueblo y pan,
de libros, de verdades
y de historia.
De médicos sanando,
de maestros enseñando,
de artistas y magos,
de obreros,
de gente, de Pueblo,
de curas No existiendo.
De memorias justas rescatadas,
de las madres de pañuelo y plaza
reencontrandose con sus hijos,
de la paz, de la justicia floreciendo
entre los adoquines manchados de sangre,
de la dignidad, que nos robaron
las siniestras manos asesinas.
De aquellas banderas rojas
que agitaban corazones,
de las fotos de los viejos camaradas,
sin desfiles, con paraguas antitristezas,
con sus niños jugando a la pelota,
y al “vivir”, en vez de al “matar”.
De los orgullosos indios
de campo verde y esperanza,
de trigo,
de palabras de poetas
impresas sobre los muros,
de los silencios necesarios y fríos
con que abatir de miedo
las jauría de los lobos criminales que se vengan.
De colgados, de bohemios ,
de amigos
y familia,
de los últimos canallas, pereciendo
de todo, menos de Vergüenza.

Juan Antonio González Molina

2 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Si pudiera creer en dios, te diría "Dios te oíga". Pero como no puedo, no quiero, no me sale, prefeiro decirte, yo te oígo, yo te leo, yo recito este poema con vos, a dos voces, y a todas las que se unan.
Esta lágrima, tu poema, es para el mundo. Es para un mundo que no se cansa de darnos la espalda ante nuestros reclamos, por nosotros, por quienes lo necesitan mucho más que nosotros, por una nueva construcción, por un nuevo sistema, por un nuevo grito, visceral, como el tuyo, como mis facciones al leerte.
Sos admirable Juan.
Muchos cariños!

Givés dijo...

Gracias por poner palabras a tantas voces silenciadas por el monstruo del olvido que lucha cuerpo a cuerpo con la memoria para no exhumar la verdad,
para seguir cometiendo aberraciones impunemente, para que las nuevas generaciones nazcan y crezcan amnésicas.


Un abrazo.