La empresa Sombreros Fernández y Roche nacía en 1885, en un taller de la calle Maravillas, en el barrio de San Luis de Sevilla.Muchos años más tarde, en 2003, la empresa se trasladaba al pueblo de Salteras, con lo que este edificio, proyectado por el arquitecto José Espiau Muñoz, quedaba abandonado, sin que ni la propiedad ni el Ayuntamiento se hicieran cargo de su conservación.
El Ayuntamiento prometió en repetidas ocasiones la expropiación del inmueble y su dedicación a usos sociales, culturales y talleres artesanales. Sin embargo, tras dos años sin que esa medida llegase, la ciudadanía decidió ocuparlo, para llevar a cabo los fines prometidos.De eso ha pasado ya un año, en el que la Fábrica de Sombreros ha desarrollado cientos de actividades gratuitas, tales como talleres, proyecciones de películas, presentaciones de libros, representaciones teatrales, espectáculo de flamenco, cabaret y malabares, conciertos y foros de información y debate sobre temas sociales y políticas, entre otras.
Asimismo, alberga el Museo del Sombrero, en el que se muestran documentos y materiales para preservar la memoria de la antigua fábrica, ofrece una sala de ensayo, una sala de malabares y otra para acrobacias aéreas, taller para artistas y artesanas, cuarto oscuro de revelado fotográfico y espacio para reuniones.Ahora, en su primer aniversario, ha celebrado una semana llena de actividades, con jornadas de debate, pasacalles y diversas actuaciones.
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TIENEN ACTIVIDADES MUY INTERESANTES
(ENTRE ELLAS, LA PROYECCIÓN DE PELÍCULAS Y DOCUMENTALES)
1 comentario:
ocurre siempre cuando un espacio vacío se llena de contenido cultural, fuera de lo stablecido por el sistema. Los poderes fácticos, llenos de miedo, pretenden cerrarlo a cal y canto, no sea que a los pobres les de por pensar, ¡coño! y después quieran hacer la revolución.
Salud.
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